9 de diciembre de 2009

LA CRÓNICA DE JUAN

MARSELLA (1) - R. MADRID (3)

Ronaldo (5' y 80'), Lucho (11'), Albiol (60')


No hubo lugar a la sorpresa en el Vélodrome y el Madrid pasó a los octavos de la Champions. El conjunto blanco realizó un partido muy serio durante los noventa minutos y se llevó la victoria ante el Marse
lla, que se tendrá que conformar con seguir su aventura en la Europa League.


No pintaba sencillo el encuentro para los madridistas. El Olympique no es un equipo de primer nivel, pero si cuenta con una plantilla compensada y con varios jugadores interesantes. Además, se esperaba que el estadio fuese un infierno (aunque al final no hubo para tanto). Los locales jugaban con la esperanza de poder golear a los blancos y así seguir e
n la máxima competición continental. Una misión casi imposible. El Madrid necesitaba la victoria. Más que nada, para asegurar el primer puesto, y sobre todo para seguir convenciendo a la afición, no solo con resultados, sino también con juego.

El partido se presentó frenético. Ambos conjuntos salieron con un ritmo bestial, como si se estuviesen jugando la vida en cada balón. La presión era asfixiante por parte de los dos. Pero a los cinco minutos apareció Ronaldo. El portugés lanzó una falta desde unos 30 metros con una violencia endiablada, que se coló por la escuadra de la portería de Mandanda. Poco le duró la alegría a los visitantes, pues cinco minutos después Lucho aprovechaba un mal despeje de Albiol para batir a Casillas.


Con el paso de los minutos el ritmo fue bajando poco a poco y el juego estuvo bastante igualado. Ninguno conseguía imponer del todo su estilo, aunque las ocasiones eran para el Madrid. Los de Pellegrini se mostraban ordenados y tocaban bien, aunque en ocasiones demasiado acelerados, como si tuviesen prisa por marcar. Los locales lo intentaban continuamente mediante balones largos para explotar la velocidad de sus puntas, pero la defensa del Madrid estuvo bastante acertada en casi todas las acciones.

Tras el descanso el Madrid se fue haciendo más claramente con el control y siguió monopolizando las ocasiones, liderados por un Cristiano Ronaldo omnipresente en ataque. Este dominio se reflejó en el marcador, gracias al gol de Albiol, que cazó un balón tras un corner. El partido parecía resuelto, pero un error infantil de Casillas acabó en penalti. Lucho se encargó de lanzarlo y lo estrelló en el larguero. Ahí se desvanecieron las esperanzas para los de Deschamps, y acabó todo para el Marsella.
El Madrid entonces se dedicó a matar el partido a la contra, y obtuvo su premio con un nuevo gol de Ronaldo, a pase de Lass. El portugués cerraba así un partido en el que dio toda una exhibición y se consolida como pichichi de la competición, con unos números de escándalo.

Misión cumplida. Primeros de grupo y a esperar rival en octavos.


Por Juan José Fernández Pérez

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