Ayer, buscando unos vídeos sobre fútbol, me volví a topar con la "magnífica" actuación de Dida en Celtic Park. Voy a reconstruir los hechos por si alguien no los conoce o los ha olvidado. Con el partido empatado a uno y en el minuto noventa, McDonald marcaba el tanto que daba la victoria a su equipo frente al Milan. Mientras los jugadores del Celtic celebraban el gol, un aficionado saltó al terreno de juego con los brazos abiertos en señal de victoria. Cuando este espontáneo pasó al lado del portero brasileño tuvo la genial idea de acariciarle la cara. Dida, enfurecido, intentó perseguirle, pero, en otro arrebato de inspiración, decidió caer fulminado y fingir una agresión, abandonando el campo en camilla. Aquí están las imágenes de la "brutal agresión":
A continuación voy a incluir un párrafo extraído del libro de Enric González "Historias del calcio" que me ha venido a la memoria al recordar este acontecimiento. Además es un libro que recomiendo a todo el mundo, un gran libro. Vamos allá:
"Morgan de Sanctis había sido la enésima víctima de una enfermedad endémica entre los jugadores italianos: el desmayo repentino. No parece que se trate de un mal contagioso, porque no se ha propagado a otros países. En Italia, en cambio, hace estragos. El desmayo debe de ser doloroso, a juzgar por los gestos del afectado, pero dura muy poco tiempo, el justo para que un rival, alertado por los gritos de los compañeros de la víctima, demuestre su fair play lanzando fuera el balón. Entra el masajista, el caído se alza trabajosamente, cojea hasta la banda, bebe un trago de agua y salta de nuevo al campo en plena forma."
"El desmayo italiano es muy característico porque sólo ataca en situaciones tácticamente convenientes. Jamás se ha desvanecido nadie que estuviera a punto de marcar. En cambio, cuando el rival roba un balón y monta un contragolpe, el desmayo está asegurado."
Este artículo de E. González está escrito en la temporada 2004-2005, tres años antes del desvanecimiento de Dida. Esperemos que los árbitros, Platini o los médicos descubran un remedio para estos desmayos esporádicos y sin secuelas que tanto daño hacen al fútbol.
"Morgan de Sanctis había sido la enésima víctima de una enfermedad endémica entre los jugadores italianos: el desmayo repentino. No parece que se trate de un mal contagioso, porque no se ha propagado a otros países. En Italia, en cambio, hace estragos. El desmayo debe de ser doloroso, a juzgar por los gestos del afectado, pero dura muy poco tiempo, el justo para que un rival, alertado por los gritos de los compañeros de la víctima, demuestre su fair play lanzando fuera el balón. Entra el masajista, el caído se alza trabajosamente, cojea hasta la banda, bebe un trago de agua y salta de nuevo al campo en plena forma."
"El desmayo italiano es muy característico porque sólo ataca en situaciones tácticamente convenientes. Jamás se ha desvanecido nadie que estuviera a punto de marcar. En cambio, cuando el rival roba un balón y monta un contragolpe, el desmayo está asegurado."
Este artículo de E. González está escrito en la temporada 2004-2005, tres años antes del desvanecimiento de Dida. Esperemos que los árbitros, Platini o los médicos descubran un remedio para estos desmayos esporádicos y sin secuelas que tanto daño hacen al fútbol.
Se me ha olvidado mencionar que el desmayo típico de Italia a veces se deja ver en los estadios españoles. El ejemplo más de moda es Dani Alves.
ResponderEliminarel otro día Iker casi sufre otro
ResponderEliminarcOMO TODO SON MODAS, ESTA, HACE ALGUN TIEMPO TAMBIEN HA LLEGADO A LA LIGA ESPAÑOLA, Y ESTOS DESMAYOS VAN EN AUMENTO
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