SUDAFRICA NOS DEVUELVE A LA TIERRA

La selección española de fútbol se ahogó en su propio ego ante un rival menor como Estados Unidos. El combinado español pecó de exceso de confianza y cayó derrotada por un contundente 2-0. Varios de los pilares básicos se resquebrajaron en una semifinal que parecía mero trámite. Estados Unidos avisó que no iba a regalar nada con el 3-0 ante Egipto que le valió la clasificación. Los hombres de Del Bosque se creyeron favoritos, lo eran, por con la falta de intensidad que mostraron, cualquier rival se marca una heroicidad. Los equipos campeones están hechos de otra pasta. Luchan por el partido hasta el último minuto, sin importar quien esté enfrente de ellos, no aflojan nunca la presión y, sobre todo, nacen de la humildad. El mejor ejemplo de este año: el Barça del triplete. Esta vez, la 'Roja' no se acordó de la humildad con la que se ganó la Eurocopa, sólo se acordaron de que eran los campeones y se autoconvencieron de que para España, la Copa Confederaciones, iba a ser un paseo militar. Desde hacía meses se veían con el trofeo en la mano.

¿Y Xavi? El jugador barcelonista mostró una de sus peores versiones y no estuvo a su nivel habitual. Sus pases no eran precisos, sus desmarques a veces se dirigían hacia la nada y, además, no fue el gran apoyo para sus compañeros al que estamos acostumbrados. De todas maneras, el futbolista catalán debe recibir el indulto, tras varios años rayando a un nivel espectacular, tanto nacional como internacionalmente, y con una temporada tan larga y dura como ha vivido este año, toda crítica debe ser desestimada, pero raro fue verle así... Todo esto, ante una pasividad absoluta de Vicente Del Bosque, que veía como el equipo no funcionaba y parecía incapaz de ponerles los puntos sobre las íes.

El seleccionador nacional no estuvo acertado con los cambios y mantuvo sobre el terreno de juego los esqueletos de Xavi, Villa o Capdevila. Cesc, uno de los mejores, abandonó el terreno de juego para dejar paso a Cazorla. Riera hizo lo propio con Mata. No se entiende que Del Bosque ignorase la opción de Fernando Llorente, la más lógica viendo la desconexión total de Villa y Torres con el resto.

Un ejemplo claro que define el partido perfectamente fue el fallo de Ramos en el segundo gol. Tras un error de Piqué el balón le cae al jugador madridista casi en la línea de gol. Mostrando una relajación excesiva, Sergio Ramos controla el balón en vez de despejarlo, acción que aprovechó Dempsey para perforar la red española. Los jugadores de Del Bosque creyeron en todo momento que esto sería fácil, que se esforzasen lo que se esforzasen, la copa era nuestra...y estaban muy equivocados.

Estados Unidos nos ha enseñado como hay que hacer las cosas, y a punto ha estado de conquistar Sudáfrica. Brasil nos ha enseñado como se comporta un equipo que ha ganado la Copa del Mundo en cinco ocasiones. Los brasileños han permanecido todo el torneo con la boca cerrada, no han hablado de favoritos, no han hablado del posible choque con España en la final... y poco a poco, con uno de los peores equipos que nos ha mostrado a lo largo de su historia, se ha hecho con el campeonato. En boca cerrada no entran moscas, ya hablarás cuando ganes...

España ganó ayer el duelo por el tercer puesto. Los sudafricanos dieron una auténtica lección a los nuestros y ahogaron a los españoles en su fuerza física. La selección de Del Bosque hizo un partido aún peor que frente a los norteamericanos, pero entonces apareció Dani Güiza. Cuando los anfitriones dominaban por 1-0 el partido, Güiza ponía el empate nada más salir al terreno de juego. Tan sólo unos minutos más tarde, el jugador gaditano marcaría un gol digno de museo para adelantar a la "Roja". Mphela, autor del primer gol para los sudafricanos y dispuesto a ser el héroe ante su gente, pondría otra vez las tablas con un espectacular lanzamiento directo que ni Casillas se creía. En la prórroga, Xabi Alonso, uno de los mejores durante todo el torneo, sentenciaría también de tiro directo.


Esta derrota debe servir a la selección para hacer mejor las cosas en un futuro. La eliminación no es transcendente al ser un torneo menor, pero nos sirve para darnos cuenta de que aún hay que trabajar más. Nadie te regala nada, ni siquiera Estados Unidos. España rompe así su racha de victorias y enfría un poco esa sensación de favoritos absolutos. Volvemos a estar a la altura de los mortales y, desde ahí, con trabajo, cabeza, humildad, y por supuesto sin decir nada, debemos mirar de nuevo hacia arriba y demostrar que la España campeona de Europa no era algo efímero. En la época dorada que se vive en el deporte español falta una Copa del Mundo. De nuevo los mejores se verán las caras en Sudáfrica en 2010. Ésta puede ser la nuestra...